En la primera visita que realizamos al inmueble, nos encontramos una vivienda en esquina con mucho potencial. Su propietaria actual estaba barajando diversas fórmulas para rentabilizar la propiedad, que ese encontraba sin uso. La planta baja contaba con una pescadería congelada en el tiempo desde los años 70, además de un almacén anejo a ella, que se utilizaba de garaje y trastero. El local comercial estaba vinculado con la vivienda de sus propietarios mediante un pequeño vestíbulo que lo conectaba con una zona de estar, una amplia cocina, un baño y varias estancias interiores.

Un amplio vestíbulo, con acceso directo a la calle, conecta con el distribuidor interior de la pescadería y la zona de estar, albergando las escaleras de acceso a la planta primera, ocupada por la vivienda principal. Arriba encontramos con un vestíbulo que distribuye, a mano izquierda la zona de día, compuesta por una pequeña cocina y un amplio salón comedor. Sin embargo, la derecha contiene las estancias más privadas, contando con cuatro dormitorios, dos baños completos y una sala de estar.

Los espacios interiores de la planta baja no disfrutaban de iluminación, ni ventilación directa, ya que la apertura de los patios concluía en la planta de arriba. Encontramos unos pequeños lucernarios que bañaban sutilmente de luz las estancias, pero no las podíamos considerar salubres, ni habitables. Sin embargo, el estar volcado hacia a la calle era luminoso y acogedor.

La cocina y el baño, se encontraban en unas condiciones aceptables para darles uso realizando una pequeñísima inversión para su adecuación. Propusimos bajar el patio de la planta primera hasta cota cero, consiguiendo dos amplios dormitorios muy iluminados. El estar era suficientemente espacioso como para albergar la puerta de acceso a la vivienda, además, con el nuevo patio contaría con una agradable ventilación cruzada y un espacio exterior que lo magnificaría. Por tanto, decidimos convertir esta zona de la planta baja en un apartamento de alquiler, ya que la inversión a realizar resultaba aceptable.

Aprovechamos el chaflán, donde se albergaba la pescadería junto con la zona trasera de almacenamiento y garaje, para distribuir otro apartamento totalmente nuevo. Este cuenta con un salón comedor con la cocina integrada, que aprovecha al máximo todo el espacio del antiguo local comercial, dos dormitorios espaciosos y un baño ocupan en el antiguo garaje, alrededor del otro patio que también hemos abierto hasta cota cero.

La vivienda de planta primera, ha quedado totalmente independizada de los apartamentos, así pues, se puede disfrutar de la misma. La intención de su propietaria es realizar una segunda fase de obra, para transformar esta vivienda en 3 nuevos apartamentos de alquiler. Será necesario realizar una inversión para la reforma, pero la rentabilidad de la misma esta asegurada. Visita el resultado de la obra aquí.

La autoría de las fotografías del estado inicial es de Ana Ferrero.